La Originalidad, ¿es realmente importante en el diseño?

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Antes que nada tenemos que definir cuál es el propósito de la originalidad, a qué está sirviendo, cuál es su objetivo;  ¿querer destacar como diseñador?, ¿generar algo novedoso?, ¿responder a la tendencia? o ¿estar al servicio del contexto del encargo del cliente?, ese es el dilema que debemos resolver antes de analizar si algo es original o no.

Es muy difícil ser original, por no decir imposible. Lo original no debería ser la meta de un diseño, el objetivo debería ser que el diseño responda al contexto, se adapte a la necesidad y que funcione.

Lo original pasaría por ser diferente en ese contexto; que se adapte, que funcione, que se logre utilizando recursos que no se han aplicado hasta ese momento y que se diferencie de la competencia, es decir, que el resultado sea diferenciador en ese contexto particular.

Creativo, original, tendencia

Sabemos que la creatividad se basa en ideas o conocimiento preconcebidos y que vamos relacionando, logrando así una concepción diferente y original para el contexto. Que sea diferente y sea mejor a lo existente es lo que define a un proyecto creativo y original.

Otro aspecto muy importante es definir qué rol tienen las tendencias en el diseño. No podemos desconectarnos de las tendencias, ya que están ligadas a la cultura, a la música, cine, etc. Además, son disparadoras de posibles nuevos caminos. No podemos renegar de ellas pero pueden surgir nuevas formas de comunicación, de expresión a través de ellas.

Lo que si podemos decir es que las tendencias son cada vez más efímeras, el mundo va cada vez más rápido, todo cambia.

En el mundo de la moda, se aprovechan mucho las tendencias para vender más, y la creación de ellas, es el principal generador que influye en todas las demás ramas del diseño, principalmente en el diseño gráfico.

El diseño de moda se recicla constantemente se re versiona y una forma de entender esto es ver a las tendencias como el ciclo de la moda, es decir, no limitarnos a utilizar la tendencia del momento sino re versionarlas aplicando las nuevas tecnologías y materiales.

Las tendencias no son ni buenas ni malas, las tendencias son, hay que conocerlas, analizar si para nuestro diseño son óptimas, y esto va a depender de los objetivos, contextos y resultados esperados.

No necesariamente tienen que ser un soporte fundamental  para nuestra propuesta, sino que podemos tenerlas en cuentas, fundamentar o justificar nuestro diseño, pero siempre teniendo presente que pasan.

Muchos dicen que los diseñadores son componedores, es decir, que realizan composiciones usando tipografías ya creadas, fotos ya hechas, que mueven pixeles. Por eso como diseñadores, tenemos que marcar la diferencia, defender nuestra profesión y aplicar el proceso de diseño.

Las etapas de investigación, fundamentación, planificación, son las que hacen la diferencia a solo mover piezas, y las que garantizan el resultado del proyecto

En síntesis, el diseño hay que realizarlo de adentro hacia afuera, es decir,  está muy bien acceder a plataformas como pinterest, instagram o freehans en busca de inspiración, pero esa es la capa superficial, hay que ver la profundidad, una vez planteado el problema, hay que informarse, investigar, hablar con el cliente, analizar el producto, el servicio, nutrirse de información y empezar a construir de adentro hacia afuera, desde el corazón del problema.

Este proceso es el que te garantiza que el diseño funcione, responda a los objetivos, al contexto y sea funcional al problema planteado.

Gabriela Negri
Gabriela Negri
Diseñadora industrial - Profesora Universitaria en Diseño

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